Cómo afrontar la vuelta a la normalidad después de sufrir cáncer
Después de haber pasado por la quimioterapia, la radioterapia, la cirugía, las incertidumbres, las esperas, el miedo… la persona que ha sobrevivido al cáncer ya no es la misma. ¿Cómo conseguir volver a la vida donde se detuvo?
Las dificultades físicas
Algunas de las dificultades físicas que pueden aparecer son:
- Linfedema: una acumulación de líquido linfático en los tejidos adiposos justamente debajo de la piel. Puede producir hinchazón en uno de los brazos y suele ir acompañado de dolor a la movilización. Es además limitante ya que está desaconsejado hacer fuerza con el brazo afectado, llevar peso etc..
- Menopausia precoz: producida por el tratamiento lo que origina sequedad vaginal excesiva con la consecuentes dificultades en las relaciones sexuales.
- Chemo-brain (en español literalmente “quimio-cerebro”). Este término hace referencia a cambios cognoscitivos provocados por haber recibido quimioterapia y que incluyen dificultad con la memoria a corto plazo, trabajos múltiples, el aprendizaje nuevo, comprensión de lo que se lee, trabajar con números y una disminución en la capacidad de la concentración. Aunque estas dificultades suelen desaparece a corto-medio plazo, provocan complicaciones en la incorporación a la vida laboral habitual.
Sin embargo, estos cambios también pueden ser a mejor. Las prioridades, los valores, la importancia del auto-cuidado, la percepción de los detalles que antes podían pasar desapercibidos, cambian.
La enfermedad me ha dado mucho más de lo que me ha quitado. La vida es diferente después del cáncer, saboreo mucho más los pequeños detalles. M.
Tu perspectiva y tus prioridades cambian, te haces más sensible, más solidaria, más humana . C
Recomendaciones para la adaptación a la vida “normal” tras un cáncer
- Vivir en el presente, aquí y ahora. La práctica de mindfulness contribuye a ello.
- Pasar más tiempo con los seres queridos. El cáncer suele ser como un tamiz que selecciona las relaciones personales auténticas de las que no lo son.
- Reflexionar sobre lo que ha pasado. El tratamiento, las emociones vividas, han pasado de forma rápida sin mucho detenimiento, pararse a digerirlas ayuda a poder integrarlas y encajarlas en nuestra vida.
- Hablar sobre los sentimientos. Expresarlos de alguna manera, ponerles nombre, miedo, alegría, tristeza, ilusión etc…
- Mejorar en el autocuidado. Cuidar la alimentación, el sueño y descanso, practicar ejercicio físico,…
- Reflexionar sobre el cambio de valores. ¿hacia donde quiero que vaya mi vida? ¿en qué quiero invertir mi tiempo?
- Mantener una conducta proactiva respetando el propio ritmo. Poco a poco, sin prisas, traducir en conducta los cambios que hemos planeado hacer.
En definitiva, pese a las dificultades, es posible volver a la vida normal después de un cáncer, no igual que antes sino mejor que antes.
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